lunes, 11 de marzo de 2013

La vida, puro espectáculo.

La cortina de humo es una película que muestra de un modo excesivo el poder que pueden llegar a tener los medios de comunicación. El argumento de esta historia es cómo para ocultar un escándalo del presidente a pocos días de las elecciones, se monta una guerra ficticia.

El presidente es acusado de abusar de una joven universitaria, y a sus asesores no se les ocurre otra cosa para que la noticia pase desapercibida que crear una guerra en Albania. Para apoyar los hechos graban imágenes en un plató utilizando el croma y a una actriz, e incluso inventan un soldado que llega a convertirse en héroe tras estar secuestrado y morir en esta guerra. Lo tienen todo bajo control.

Portada de la película 'La cortina de humo'
La película genera en cierto modo, miedo. ¿De verdad vivimos en un mundo tan ficticio? ¿Pueden con esa facilidad crear una guerra de la noche a la mañana? Lo cierto es que los medios de comunicación son seguidos por todos los ciudadanos en masa. Lo que sabemos, es gracias a ellos, así que si queremos estar informados, no nos queda más opción que creer lo que nos muestran. El papel de los medios de comunicación es importantísimo y un bien del que nadie querría prescindir. El problema llega cuando éstos medios son controlados por gobiernos u altos cargos que juegan con la información a favor de sus intereses. Es entonces cuando nos venden una imagen imparcial de la realidad que nosotros generalmente creemos y aceptamos. Incluso nuestras ideas se forman según lo visto y escuchado en medios de comunicación, y nuestra cultura de la actualidad proviene de la información que estos medios nos proporcionan. Nos muestran la información como si de propaganda se tratara, y nosotros mordemos el anzuelo.

Entonces, ¿hay algún modo de escapar de esta manipulación? Lo cierto es que no, ya que si un hecho no lo hemos visto en televisión, ni escuchado o leído en radio o prensa, es que no sucedió para nosotros. ¿Cómo si no vamos a saberlo? Así que siempre seremos dependientes de los medios y únicamente conoceremos la realidad que los que mueven las cuerdas ahí arriba nos transmitan.

Y cabe mencionar también aquí a los periodistas. ¿En qué se han convertido? ¿Son informadores o manipuladores? El periodismo es un pilar fundamental de la democracia para que todos los ciudadanos estén al tanto de lo que está ocurriendo, pero la profesión periodística se ve degradada por este control social. ¿Cómo vamos a fiarnos si cada medio actúa bajo los intereses de una línea ideológica? Ni siquiera los periodistas pueden ser objetivos a la hora de informar ya que deben cumplir con esa línea editorial del medio en el que trabajan, coincidan o no con ella.

En conclusión vivimos en un mundo en el que los medios de comunicación juegan un papel importantísimo, y más aún los gobiernos y las grandes empresas, que son los que mayoritariamente le dan vida a estos medios. La dependencia entre medios-empresas siempre estará ahí y mientras esto ocurra las informaciones estarán desviadas hacia ciertos intereses. Saben a quién van destinados los mensajes, cómo posiblemente reaccionará la audiencia, y sobre todo, saben cómo ganársela.

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