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Las
hipotecas “subprime” comenzaron a dispararse paulatinamente en Estados Unidos,
y España no se quedó atrás: siguió a la gran potencia. Estas hipotecas parecían
beneficiarias para ambas partes, ya que más personas podían acceder a una
vivienda y a la vez generar más riqueza. Sin embargo poco a poco la gente se
fue ahogando con sus propias hipotecas al verse incapaz de poder saldar sus
deudas.
¿Cómo
hemos llegado a esta situación? ¿Por qué nos sentimos culpables de esto?
Mientras que los bancos se endeudan sin control, los grandes dirigentes del
mundo especulan con el dinero. Eso sí, con sus correspondientes paraísos
fiscales sin pagar impuestos. La cuestión es que sus juegos traen consigo una
grandísima deuda privada que ya no son capaces de sostener, y es la hora de
pasar la patata caliente a otros. Con la ayuda de los bancos, esta deuda se ha
vuelto pública y solo queda que los ciudadanos paguen los platos rotos con sus
correspondientes impuestos, distribuidos al antojo de los dirigentes del país.
Grecia, que ya estaba en el punto de mira por sus deudas y por despilfarro de
gasto público, quedó aislado cuando apareció la crisis financiera global: el
déficit subió y los inversores exigían tasas más altas para prestar dinero a
este país.
Y
ahora… ¿Qué?
Ahora
los 16 estados miembro de la Unión Europea que utilizan el euro como moneda
única tienen que adoptar medidas drásticas para intentar enderezar la
situación.
El
Banco Central Europeo ha establecido una serie de medidas destinadas a mejorar
la liquidez, como la realización de operaciones de mercado abierto comprando
títulos de deuda pública y privada, intentando evitar un aumento en la
inflación. En España, las entidades bancarias se han visto obligadas a
disminuir el crédito de familias y pequeños empresarios. El Gobierno tiene
previsto subir el IVA, (cosa que prometió no hacer), y no encuentra otra
solución más que coger la tijera y hacer recortes en los pilares más
importantes para la sociedad: educación y sanidad. Los despidos ahora son más
baratos, la tasa de paro se ha disparado y el juvenil ha aumentado de manera
importante.
Pero,
¿realmente vamos por el camino correcto para evitar la recesión económica que
estamos viviendo? Quizás el camino a la salida de la crisis no sean los
recortes sino la recaudación, pero no de los verdaderos sufridores de la crisis
a través de subidas de impuestos, sino acabando con el fraude que ensucia a
España. Lo que es indignante e inaceptable es que los ciudadanos tengamos que
pagar y aguantar el lastre que unos pocos le han causado al país. ¿En qué mundo
vivimos? ¿A esto lo llaman democracia? ¿Una sociedad en la que el pueblo es lo
primero, pero los dirigentes se encargan de robarle? La crisis no ha aparecido
de la nada, han sido muchos años hasta llegar a la situación tan triste que
tenemos y por supuesto, todavía tardará más en solucionarse. Eso sí, los que
nos han metido en esto, estarán disfrutando de los lujos que les hemos
regalado. Y luego los malos y revolucionarios son los que salen a las calles a
manifestarse, pero, ¿quiénes les han provocado? A ver quién es el superhéroe
que viene ahora a solucionar el problema. España, señoras y señores, tiembla de
miedo.
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